Por una globalización justa: el trabajo como objetivo global y hemisférico

Resumen

La caída del Muro de Berlín alimentó la idea de que la humanidad transitaría hacia el desarrollo —en paz y por el mismo camino— de la mano de la democracia, el libre comercio y el pleno respeto a los derechos humanos. Se generó así un desborde de expectativas respecto de un progreso presentado como automático. En plena efervescencia de esta utopía, en 1994, el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) —conformado por gobiernos y representantes de trabajadores y empleadores— creó el Grupo de Trabajo sobre la Dimensión Social del Libre Comercio Internacional, en el cual participaban países integrantes de dicho Consejo, así como actores globales relevantes como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Se reconocía la ambivalencia del modelo de desarrollo que se auspiciaba en el nivel mundial.